Sigo conservando mi cuenta de Twitter porque de vez en cuanto me encuentro links a esa montaña de neumáticos ardiendo que un día fue una red social graciosa. En otro brillante movimiento empresarial que los normies no somos capaces de entender, no es posible leer la mayor parte de ellos si no estás autenticado.

En cualquier caso, este post no es para despotricar del absoluto desastre que es la red social antes conocida como Twitter, si no para enterrar a otra víctima colateral de lo que una vez nos atrevimos llamar web 2.0. Hasta siempre Roland y Twitter Purge.

Ahora mismo se puede hacer más bien nada en Twitter via API a no ser que pases por caja. Antes de que esto fuera así, y durante unos cuantos años, un programita que corrían en un servidor auto gestionado, se encargaban de postear por mí, cosas que guardaba en Pinboard y me apetecía compartir sin tener que enfrentarme al abismo de entrar en Twitter y, Dios no lo quisiera, leer lo que allí aparecía. Adios Roland.

Twitter Purge era una cosa con más enjundia que creó Marcelino Llano para borrar, con muy buen criterio, las estupideces que decimos en abierto y por escrito en esa red social del demonio. En mi caso, todo lo que tuviera más de un mes de antiguedad. En su momento yo le añadí la funcionalidad de hacer una copia de todas las cosas que borraba. Ahí lo tengo esperando poder alimentar ChatGPT con ello y poder interactuar con la absoluta peor versión de mi.