Hace más de un año que empecé a practicar Jiu Jitsu Brasileño (BJJ). Ayer la misma persona me guillotinó 6 veces en 4 minutos. Sólo pesaba 10 kilos más que yo, aunque era un cinturón azul. En condiciones normales (casi) todos los varones de clase me sacán más de 15 kilos, cuando no más de 20.

Esto es una guillotina. Sólo hay una foto mía en internet practicando BJJ y, efectivamente, soy yo siendo guillotinado

Y es que soy un tipo pequeño, viejo y no especialmente dotado para otra cosa que no sea correr[^1]. Así que cuando un compañero me dijo el otro día: “A ti te deben de gustar los retos”, me quedé pensando.

No tuve que meditar mucho para llegar a la conclusión de que no. Al menos no, si la definición de reto es que te pase una apisonadora por encima, o que te zarandeen como a un teleñeco, o pasarte lo que parece una enternidad intentando convertirte el una bola con la esperanza de que no te arranquen una extremidad. No me gustan los retos si la definición es sufrir todo lo anterior unas 3 veces por semana.

Así que la semana que viene volveré a hacerlo de nuevo.

La foto es una captura de este video

[^1] Probablemente la actividad deportiva que más aborrezco.